A la memoria del Poeta Manuel Sahorí (El Zoríl)
Pinicos: ¡Ay! qué alegría más grande,
¡ay! qué alegría y qué suerte
haber nacido en un pueblo,
que según mis dos vecinas,
en un alto porcentaje
de los que aquí se alumbraron
son, SUPERINTELIGENTES.
Yo, no estoy dentro del grupo,
lo digo ya, de antemano,
para que no quepan dudas
y quede todo bien claro.
Pero es igual, yo me alegro
por todos esos paisanos,
tán ilustres, tán completos,
tán leídos, tán versados,
y todo lo que cupiere
en cerebros tán dotados.
Siempre que voy a Tobarra
me informan punto por punto,
del censo de los ilustres,
mis vecinas, que es un gusto,
mucho mejor que en la tele,
en la radio o las revistas;
conocen todos los datos
y a todos siguen la pista.
Ellas me informan de todo
aunque yo no les pregunte,
son, como la Espasa Calpe
gratis, para uso y disfrute.
Dos joyas son, del saber,
la Jacoba y la Calixta
enchufan el GPS…
y vamos a pasar lista.
Si el tema es de los que estudian
carreras y oposiciones,
si hay un examen por medio
desde Rusia a Venezuela,
si concurre un tobarreño,
aunque pongan mucho empeño
nadie, nadie, se le cuela.
El puesto NÚMERO UNO,
desde el principio se sabe,
del tobarreño es seguro,
no hay más cera que la que arde.
Así está el tema, señores,
es un dato fehaciente
si se examina un paisano,
es GIGASOBRESALIENTE.
Y lo siento por el resto
que desconocen el dato,
y al saber las puntaciones
se quedan traumatizados.
Pensando en esta actitud
y situación repetida;
lo digo sin acritud,
al derroche de virtud,
habría que tomar medidas,
estudiar varias opciones,
ver otras alternativas;
pues si esto sigue “palante”
pobrecitos contrincantes,
tienen la cosa jodida.
Una le dice a la otra,
mientras observo en silencio,
que no se rompa el encanto,
la ocasión, no tiene precio.
Jacoba: -¿ Te acuerdas del de la Paca?
Calixta: - Pos claro, !no he de acordarme!
de pensar lo listo que era,
hasta me se abren las carnes.
Y ahí lo tienes... en el paro,
que era una espiga, ya sabes;
y dijo que no estudiaba,
y su padre…, que tú vales,
que podrías ser ministro
y no como otros zagales.
Jacoba: - Pero que quede bien claro
que éste es un caso entre mil,
que ésto no es lo más corriente,
entre la gente de aquí.
Calixta: - Es que tengo que decirte,
que según tengo entendío,
su abuelo era forastero,
y de ahí, le habrá salío.
Jacoba: - No digas más, ahí se explica,
las cuentas no me salían,
alguien que paecía tan listo
y “tíe” la testa vacía.
Calixta: - Y el pequeño de la Pura,
aquel que se metió a cura,
¡ay! que alhaja de muchacho,
ya se veía desde guacho
de que apuntaba maneras
pa estudiar siete carreras,
y quedarse el tío, tan pancho.
Pos mira lo que barrunto;
en lo tocante a este asunto,
meto en el fuego la mano,
y te aseguro, no en vano,
que ésto a mí no me se escapa.
A ná que se lo proponga
éste se va al Vaticano
y lo tenemos de PAPA.
Jacoba: - Bueno, tengo que contarte
del hijo de la Pilar,
que se fué pa Zaragoza
y se metió a militar.
Calixta: - ¿A militar? ¿Pero has dicho?
ése aprendió la lección,
seguro de que ya es jefe
de muy alta graduación.
Jacoba: - Cuando llegó a la Academia
dijo dando un paso al frente:
señores, ¡soy de Tobarra!
y lo nombraron Teniente.
Nada de Cabo Primero,
de Brigada o de Sargento,
eso” pa” los de otros pueblos
sin tanto conocimiento.
Y después de mes y medio
de encontrarse en el cuartel,
al ser más listo que nadie
ha ascendío a Coronel.
Y han dicho en el ministerio
que por ser tan inusual
el caso de este muchacho,
lo van a hacer General.
General de Generales,
nada de uno del montón,
en el despacho más grande
ya le han preparaó el sillón.
Pinicos: También el de los trabajos
es un tema que dominan,
se ponen a enumerar
empiezan y no terminan.
Jacoba: - ¿Te acuerdas de Manolico?
el hijo de la Ramona.
Calixta: - Hay que ver, qué suerte tuvo;
ése se fue a Barcelona,
y se colocó, de JEFE,
y aún no ha soltao la poltrona.
De jefe directamente
y se puso así de gordo
de tanto amasar billetes.
Jacoba: - ¿Y qué es lo que hacía el muchacho?
Calixta: - Yo no lo sé ciertamente,
no sé sí se fué a la SEA,
o si fué algo de la RENFE.
Pero de lo que no hay duda
es que ése se fue,
de JEFE.
Jacoba: - Y la hija de la Tomasa,
ésa se fué pá Valencia,
después de que un sinvergüenza
la tentara en su decencia.
Calixta: - No se muy bien que pasó,
aquello no estuvo claro.
Pero algo debió pasar
y aun lo siguen comentando.
Jacoba: - Es que hay lenguas que no paran
ya sabes tú que hay chismosas,
que venga a darle al parlique
en vez de estar a sus cosas.
Calixta: - Pos nosotras a lo nuestro,
que con nadie nos metemos
porque solo comentamos
la gran suerte que tenemos.
- ¿Dónde estábamos Jacoba?
Jacoba: - Con la hija de la Tomasa,
tan boníca la chiquilla,
que según se comentaba
era un poquito... guarrilla.
- Ésa también tuvo suerte,
se movió, y na más llegar
dijo que era de Tobarra,
y ¡ZAS! JEFA DE HOSPITAL.
Calixta: - Y el hijo del cabezón
de la casica la huerta.
Se fue de jefe estación
a la ciudá de León
y no sale ni a la puerta.
Jacoba: - Si es que es lo que yo te digo,
y lo digo sin orgullo:
que aquí “tos” somos “mu” listos,
y no como otros capullos,
de otros pueblos, ya se entiende,
que les corroe la envidia
y tienen la cara verde.
Calixta: - Si se puso a repartir
la madre naturaleza,
en Tobarra se excedió
y virtudes repartió
a millones, por cabeza.
Si no es así en otros sitios,
pos que de verdad lo siento,
que se hubieran puesto en cola
y “hubían” estao más atentos.
Jacoba: - Válgame que horas se han hecho,
no me explico como y cuando,
total han “sió” dos minutos
los que estamos comentando.
Calixta: - Pos mañana ya te cuento
de un caso que está en suspenso,
y así le damos de paso
otra vuelta nueva al censo.
Las dos: - Hasta mañana Pinicos.
Pinicos: Me dicen las dos a coro
yó, que no he abierto el pico
y éllas rajan como loros.
- Hasta mañana vecinas,
ya veremos con qué toca
seguiré tomando nota
y me pondré punto en boca.
Para resumir, y acabo.
De varias conversaciones
bis a bis con mis vecinas
deduzco sin menos cabo,
ni que lo tomen a chanza,
que en los centros de enseñanza
y en las multinacionales,
los puestos más principales
de cualquier tipo y empresa
no les pille por sorpresa,
ni tampoco robe el sueño.
Se sabe de “ande” es el Jefe,
porque el JEFE ES…
TOBARREÑO.
© Casimiro Bleda Onrubia
Aranjuez 15/NOV/2006
Aranjuez 15/NOV/2006
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