Siguiendo con la pared de levante, encontramos:
- La Oración en el Huerto:
- El Prendimiento, en el que podemos ver como mientras Judas Iscariote delata a Cristo con un beso, Pedro envaina la espada con la que ha cortado la oreja derecha a Malco, que luego será sanada por Jesús (Jn 18:10-11).
- La Crucifixión. A Cristo lo flanquean Dimas y Gestas (el buen y mal ladrón, respectivamente), y bajo él se encuentran Juan, María Magdalena (con el pelo largo y suelto) y la Virgen, que se desmaya ante María Salomé y María Cleofás. Junto a estos personajes unos soldados se echan a suertes las ropas del condenado con los dados.
- El Descendimiento:
- Restos del Llanto por Cristo muerto/el Entierro:
- La Resurrección:
El centro de esta pared lo ocupa un retablo de dos cuerpos, flanqueados por columnas platerescas decoradas con grutescos.
- Entre las columnas aparecen los restos de San Juan Bautista y de San Antonio Abad.
- La parte faltante, así como la de la hornacina central, que podemos imaginar cerrada con una pechina sobre pilastras de grutescos, desapareció al horadar el muro para hacer la boca del camarín e introducir el trono de la Virgen de la Encarnación.
- En el segundo cuerpo se representa la Encarnación, el momento de recibir al Espíritu Santo; siendo sin duda esta la representación más antigua que se conserva en Tobarra. Desde el ático se asoma la figura de Dios Padre, que hace el gesto de bendecir mientras sostiene el orbe o globus cruciger y envía al Espíritu, en forma de paloma.
- Ya a la derecha del retablo, figura una inscripción que nos aporta datos muy interesantes:
"ESTE RETABLO SE ACAVO ANODE MIL I QUINIENTOS I NOVENTASIENDO MIORDOMO DETA IGLESIA SALVADOR DE OCANAHIJO DE ALO MATINES DE VALERO"
Es decir: Este retablo se acabó en el año de 1590 siendo mayordomo de esta iglesia Salvador de Ocaña, hijo de Alonso Martínez de Valero.
En ese año reinaba Felipe II y fueron Papas Sixto V, Urbano VII (que murió antes incluso de su coronación) y Gregorio XIV (podemos conocer más del Tobarra de la época gracias a las Relaciones Topográficas de Felipe II).
- Bajo el texto aparece la iconografía de la Santa Ana triple, pues esta tiene a la Virgen sentada en su regazo, que a su vez sostiene al Niño Jesús en sus brazos.
A sus pies, figuran unos personajillos, a la derecha un hombre y una mujer que representan a los donantes de la pintura, y a la izquierda un mancebo, hijo de los anteriores.
- A continuación vemos a Santa Margarita, reconocible por el crucifijo y la palma de mártir en sus manos y el dragón a sus pies, donde además vuelve a mostrarse otro personajillo, la donante de la obra, de ropajes menos sobrios con respecto a la antes citada de la Santa Ana triple.
- Siguiendo hacia la derecha, San Antonio de Padua con unas azucenas, símbolo de su pureza, y señalándose el corazón (que solía representarse en llamas), símbolo de su fe y amor por Jesús y María.
- Y finalmente, junto a la puerta al camarín otro santo obispo del que queda solamente este fragmento.
- Por lo que se conserva de la parte superior de ellas, podemos adivinar que antes de la apertura del vano existirían al menos tres representaciones más.
Entre estas figuras hay inscripciones en letra gótica parcialmente legibles, y que básicamente dicen quién mandó hacer algunas de las pinturas, aunque no se aprecie por el estado con el que han llegado a nosotros.
Esta escritura diferente nos sitúa, a simple vista, casi en un siglo antes y podría ser clave para fechar las pinturas de la serie de la Pasión.
El zócalo de ambas paredes comentadas aparece decorado con motivos geométricos de prismas.
Para concluir el artículo, lo haré hablando de la restauración de estas pinturas murales. Al iniciarse los trabajos las amplias superficies de pintura conservadas quedaban interrumpidas por las modificaciones estructurales de los muros: lagunas por los vanos del muro norte causadas por la ventana y puerta de la sacristía y en los del muro de levante por una alacena, la puerta de acceso al camarín y el vano donde se muestra la Virgen. Existen grandes pérdidas en los bajos pictóricos por las reformas llevadas a cabo en torno a 1960, en las que se acabó con algo menos de la mitad inferior de las escenas pictóricas de ambos muros.
La restauración fue llevada a cabo por Ars Nova CB desde principios de agosto de 2000, siendo cofinanciada por la Hermandad y la Delegación de Cultura de Albacete. Las pinturas fueron descubiertas bajo dos capas de revocos y varias de pintura y encalados superficiales, con importantes deficiencias de conservación (pulverulencia de las técnicas pictóricas, pérdidas de adhesión de los morteros al sustrato mural,...) así como deficiencias en su presentación formal (depósitos de suciedad superficial que ocultaban las pinturas, pérdida de unidad superficial por mostrar numerosos picados en toda su extensión, pérdida de superficie mural irrecuperable,...) La restauración intentó devolver la máxima unidad visual posible a la obra.
La singularidad de estas pinturas, además de su calidad técnica y formal suponen un revulsivo cultural y artístico para Tobarra, que debemos conservar para futuras generaciones.
Fotografías:
José Rafael Navarro
Bibliografía:
- "Santuario de la Encarnación y Cristo de la Antigua en la villa de Tobarra". Luis Enrique Martínez Galera. Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.
- Paneles informativos del Santuario.
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