En los paneles informativos del Santuario podemos ver la evolución de las pinturas hasta la actualidad:
Las pinturas de finales del siglo XV, de estilo hispano-flamenco se desarrollaban en los dos muros, todavía sin la presencia del retablo pictórico. Se interrumpían en el espacio que ocupa éste mostrando, probablemente, un vano u hornacina en el que se supone que recibiría culto una imagen gótica (¿la Virgen de la Encarnación previa a la del siglo XIX?). Deducimos que tal circunstancia se repetiría en la pared aledaña con el Cristo de la Antigua hasta que se levantó su camarín, como se puede apreciar por los restos de pinturas murales tras el retablo actual.
El zócalo pictórico de prismas se interrumpía también al llegar a este vano, tal vez por la presencia de un altar de cantería orientado, canónicamente, hacia el levante.
El muro norte mostraba un vano vertical de medio punto en la representación de San Cristóbal, hoy ya desaparecido.
Durante el XVI se realizan reformas que transforman parcialmente la disposición mural de las pinturas. Se modifica el entorno del vano u hornacina, realizándose un retablo pictórico, de estilo plateresco, debiendo datar por sus formas en torno a 1530, siendo finalizado en 1590, como reza el texto junto al retablo. Fue en este momento, a finales del XVI cuando se modificaron algunos elementos del retablo original.
A lo largo del siglo XVII las pinturas conservan su fisonomía original, cambiando muy parcialmente a principios del siglo XVIII; momento en que se levanta el camarín de la Virgen y por ello se horada un vano de acceso al mismo, siendo decorado pictóricamente en su enmarcamiento.
Los restos de estas pinturas, que fueron observados durante la restauración, eran del estilo del que se observa en el zócalo del camarín: motivos ornamentales marmorizados.
Las reformas de finales del siglo XVIII y XIX supusieron la total ocultación de las pinturas. Se modifica el hueco de entrada al camarín, y en simetría a éste, se abre una alacena en el extremo izquierdo del muro. Ambos vanos quedaron decorados por sendas puertas de rocalla (hoy conservadas en la pared de poniente, tras la Caída y el Cristo Resicitado) que debieron ser colocadas en la segunda mitad del siglo XVIII, siendo contempráneas y de similar estilo a la decoración del camarín del Cristo de la Antigua.
La hornacina central del retablo pictórico fue transformada para crear un hueco que dejara ver el interior del camarín de la Virgen.
Toda la superficie original quedaría oculta por un revoco pictórico imitando despiece de sillares, perdiéndose la memoria histórica sobre la presencia de estas pinturas hasta el momento de su restauración.
De estos momentos deben datar los huecos del muro norte: una ventana cuadrada centrada en el paramento que sustituía a la vertical del XV y la puerta de entrada a la nueva sacristía, rompiendo ambos vanos irreversiblemente la superficie pictórica.
A continuación procederé a comentar las pinturas, que como muestra la imagen previa tienen como temática escenas de la Pasión de Cristo, la Anunciación y representaciones de santos.
Comenzando por la pared norte, muy perjudicada por la apertura de vanos que acabaron con mucho espacio pictórico, encontramos, empezando por arriba a la izquierda:
- San Cristóbal con el niño Jesús a hombros, que a su vez porta el orbe o globus cruciger, que representa un globo terráqueo rematado con una cruz. Se trata de una imagen de gran tamaño respecto a las demás, que como curiosidad se coloca en el muro que mira en dirección al cerro tobarreño al que dió nombre dicho santo (hoy conocido como de Santa Bárbara o del Reloj), lo que puede dar muestra de la pasada veneración que tuvo en la villa.
- La Última Cena, muy dañada:
- El Lavatorio de Pies:
- Pintura casi desaparecida, que posiblemente tuviera como tema la Coronación de Espinas:
- La Flagelación, en la que Cristo aparece atado a una columna alta. Hasta finales del siglo XVI no se extendería en el arte la presencia de la columna baja, en la que Cristo quedaba totalmente expuesto a los golpes y sin apoyo (columna de la Iglesia de Santa Práxedes). Aquí todavía se muestra maniatado a una columna alta del pórtico del templo.
- Camino al Calvario. Nótese el tono caricaturesco que habitualmente se le da a los personajes malvados y la vestimenta de los personajes secundarios, seguramente basada en la de la época en que se pintó.
En la parte inferior aparecen restos de figuras de santos. Del primero no se conserva prácticamente nada más que su parte superior (véase a los pies de la foto de la Coronación de Espinas).
- La segunda, una santa mártir:
- El tercero es un obispo ¿San Agustín?
Continuará en la segunda parte.
Fotografías:
José Rafael Navarro
Bibliografía:
- "Santuario de la Encarnación y Cristo de la Antigua en la villa de Tobarra". Luis Enrique Martínez Galera. Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.
- Paneles informativos del Santuario.
- "La flagelación en el arte". Jesús Cortés Soler. Ponencia del I Encuentro Nacional de Cofradías de la Flagelación en Zaragoza, 2014.
1 comentario:
Muchas felicidades por estos trabajos tan minuciosos. Es un placer visitar este blog. Me sigue conmoviendo el amor que muestras por tus raíces.
Un cordial saludo.
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