A los tobarreños ausentes
I
Cuando llega el mes de mayo
al corazón brotan alas,
y como una golondrina,
vuela, volando se escapa.
No hay manera de amarrarlo,
ni las alas recortarle,
tampoco existe cerrojo
ni cadena que lo atrape.
Nunca me pide permiso,
aunque tampoco hace falta.
¿Para qué poner barreras
a las querencias del alma?
Son tantos los sentimientos
que en esos días me embargan,
que es dificil describir
ilusiones o añoranzas.
No importa dónde me encuentre
todos los años me pasa,
que si no estoy en mi pueblo,
se me va, para Tobarra.
Se me va, por esos cielos
buscando una ermita blanca
que en la cúspide del cerro
todos los mayos, lo aguarda.
Allí están, nuestros Patronos
dispuestos a su bajada,
al pueblo que en quince días
tiene en par en par, sus casas.
El perfume de azucenas
que en sus bancales florecen,
llena el aire de la tarde
que por la cuesta descienden.
El modesto San Francisco,
junto a la Virgen de Fátima,
van proclammando a su paso
a los Patronos que bajan.
¡Viva el Cristo de la Antígua!
¡Que viva su Santa Madre!
La rosa más exquisita
que hay en un jardín tan grande.
El domingo de la ofrenda,
vuelve Tobarra de gala
a entregar amor y flores
a su Reina y Soberana.
Sus calles, son un vergel,
puertas, aceras, ventanas,
apretaos codo con codo
nadie se queda en su casa.
Las flores en catarata,
aquí, se desborda mayo
compitiendo en hermosura
con quien las lleva en su brazo
Y postrándose ante el Trono,
las tobarreñas galanas
junto con los tobarreños
hacen ofrenda a sus plantas.
El día de la subida,
que como un suspiro llega,
en amoroso hasta luego
al pueblo darán la vuelta
Arropados de sus hijos,
llegarán hasta la cima
entre pétalos de rosa
y piar de golondrinas.
II
Si en la Subida del Cristo
las golondrinas has visto,
con sus piares risueños
por el cielo planeando.
Préstales más atención,
y comprobarás que son,
corazones tobarreños
que lo van acompañando.
© Casimiro Bleda Onrubia
Aranjuez 19 de julio 2010
Aranjuez 19 de julio 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario