El conjunto escultórico de la Virgen de la Encarnación, patrona de Tobarra, descansa sobre unas andas de estilo neogótico, siendo ambos obra del escultor valenciano José Díes López (Llosa de Ranes, 1905 - Valencia 1969), autor de numerosas piezas para nuestra localidad como las Imágenes del Cristo de la Columna, Santa Mujer Verónica, Inmaculada Concepción o Santa Cecilia, y el trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Dichas andas son copia de las destruidas en 1936, que conocemos por varias fotos, como esta donada al Santuario por José Cifuentes Martínez y José Cifuentes Mollar:
Este es el trono que es citado en el Catálogo Monumental de la Provincia de Albacete (1912) de Rodrigo Amador de los Ríos: "el paso de la Salutación del Ángel á María, grupo escultórico del siglo XVIII" y sus "lujosas andas", añadiendo posteriormente en una nota a pie de página que:
"En uno de los postes ó machones de la Ermita, y dentro de un marco, se hace constar que labró las andas del paso de la Salutación, el maestro Mariano Garrigós García, quien cobró 4000 r.s por ellas en Mayo de 1880."Mariano Garrigós fue un escultor y tallista murciano, responsable, por ejemplo, del sepulcro del obispo Francisco Landeira Sevilla (Capilla de la Soledad, Catedral de Murcia, concluido el 28 de septiembre de 1879), bajo diseño del arquitecto José Ramón Berenguer.
Sobre la fecha de llegada a Tobarra del nuevo paso, un 18 de abril, el cronista de la Villa Guillermo A. Paterna Alfaro plantea que si bien en los programas de 1988 y 2010 se afirma que fue en 1950 y 1952, si nos atenemos a los programas de la época, en el de 1950 todavía sólo se menciona al Cristo de la Antigua, y no será hasta el de 1953 donde las fiestas ya son en honor de ambos patronos. En todo caso, Juan Francisco Villar nos dice que se encargaron al taller a la vez que los ángeles del Cristo de la Antigua.
Permanece como el anterior en su camarín del Santuario de la Encarnación, salvo el tiempo que se traslada a la Iglesia de la Asunción durante las Fiestas Patronales en mayo (o a la parroquia de San Roque durante los años de restauración de esta última).
Ahora procederé a la descripción de las andas: se trata como he dicho anteriormente de una pieza realizada en estilo neogótico, predominando los motivos arquitectónicos y vegetales.
Consta de tres cuerpos octogonales (con lados menores en las esquinas) bien diferenciados:
- el inferior y de mayor tamaño, bajo el que se colocan los tres varales para salir en procesión (en el de 1880 lo atravesaban), decorado a base de un patrón calado de tetrafolios, coronado por una sucesión de puntas rematadas por hojas, y con pináculos en las esquinas, con fronda en sus agujas y culminados con una flor.
-el central, el cuerpo menos ancho de los tres pero a la vez el más alto, decorado con dos arcos en los frentes y uno en las esquinas, enmarcando cada uno un total de doce elementos de la simbología mariana procedentes de las letanías.
Pasaré a describirlos en el sentido contrario al del reloj desde la parte frontal del trono.
- El ciprés: es para muchos pueblos un árbol sagrado. Por su longevidad y su verdor persistente es denominado el "árbol de la vida". Por su resina incorruptible y su follaje recio evoca la inmortalidad y la resurrección. Su estricta verticalidad recuerda el tránsito de la tierra al cielo. Este elemento aplicado a María vendría a significar la idea de que la Virgen, cual ciprés recio, se mantuvo incorruptible y firme ante el pecado, representado como la serpiente a sus pies.
- La rosa. "…como plantel de rosas en Jericó" (Eclo, 24:14). Considerada la reina de las flores, es símbolo de caridad porque ésta es la reina de las virtudes.
- La torre: “Tu cuello, la torre de David, erigida para trofeos” (Cant. 4:4). Como algún autor señala, “la torre del alcázar en el que se instaló el rey David cuando conquistó Jerusalén, fue símbolo de su poder y expresión de singular dignidad y hermosura. La invocación a María como torre de David alude a su belleza espiritual, a su firmeza en la fe y a su dignidad de Madre del Mesías”. De igual forma la Virgen vendría a ser la torre que el Rey se escogió para mostrar en ella todos sus trofeos. También hay quien afirma que María es “Torre de David”, porque es el vaso incorrupto que ha continuado el linaje de éste. Ella, al igual que el cuello, es el nexo entre la cabeza y el cuerpo, esto es, entre Cristo y los hombres. Aplicado a María, es también imagen de la ascensión.
- La palmera: aparece citada en el Eclesiástico 24:14, junto con otras variedades de árboles, como elogio de la Sabiduría: "Crecí como cedro en el Líbano y como ciprés en las montañas del Hermón. Crecí como palmera en Engad, como magnífico olivo en la llanura…". La liturgia aplica este pasaje a la Virgen María y así encontramos la palmera en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada.
- El pozo de aguas vivas (puteus aquarum viventium): Crísipo de Jerusalén (siglo V) retomando la cita del Cantar de los Cantares (Cant. 4:15), exalta a María de esta manera: "Alégrate, pozo del agua siempre viva". Encontramos aquí una nueva metáfora del agua con sus ricos matices: agua de vida, vivificadora, que concede a la humanidad la salvación. La trascendencia del agua y de su significado vital, en este contexto se incrementa aún más. Era pues símbolo de la abundancia y de la fuente de vida. María sería ese pozo, en el sentido en que ella contuvo en su seno a la verdadera agua que da la vida.
- Lirios. Tanto los lirios como las azucenas, vienen a significar su ser virginal y su concepción sin mancha de pecado.
"Como lirio entre los cardos, así es amada entre las mozas" (Cant. 2:2).
- El árbol. "Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará" (Is. 11:1).
- Anagrama: significa Ave María.
- Puerta cerrada (porta clausa). En el profeta Ezequiel (Ez. 44:1) encontramos la referencia a la “puerta cerrada del templo”, que se interpretó como símbolo de la maternidad virginal de María:
"Me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el oriente; y estaba cerrada."
- El Sol. "¿Quién es ésta que surge cual aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones?" (Cant. 6:9). El Sol, tradicionalmente aplicado a los dioses clásicos como Apolo, posteriormente fue símbolo de Dios Padre y de Cristo. Es representación de la Justicia, de lo que nos ilumina tras la muerte, del intelecto, de la fuerza, del poder, el principio y origen de todo. En María, esta imagen del sol es meramente derivada. El verdadero sol es su Hijo. Ella lo es en el sentido que, mediante sus virtudes, irradia luz como el astro solar.
- Huerto cerrado (hortus conclusus): es un símbolo de la virgnidad de María. Se inspira en un pasaje del Cantar de los Cantares, 4:12: "Hortus conclusus soror mea sponsa hortus conclusus fons signatus" / "Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa, jardín cerrado, fuente escondida".
- Fuente: “Fuente de los huertos, pozo de aguas vivas, corrientes que del Líbano fluyen” (Cant. 4:10). Según la tradición, en el paraíso terrenal existían cuatro ríos que partían de un centro, esto es, del mismo pie del Árbol de la Vida. Esta fuente u origen de todo es considerada la "fons iuventutis", imagen de la fuerza vital del hombre y de todas las sustancias. Asimismo, la fuente es alegoría de la fecundidad femenina, además de asemejarse a la sabiduría. Este símbolo aplicado a María es interpretado como un elemento vivificador y purificador. El agua es madre y matriz en la tradición judía, el origen de la creación. De igual modo, la Virgen es fuente de una nueva vida: de su maternidad divina ha brotado para la humanidad la verdadera vida: Jesucristo. Teodoto de Ancira, escritor del siglo V, dirá de María lo siguiente: “Salve, limpísima fuente del agua que da la vida”.
- El cuerpo superior de las andas es más ancho que el precedente, pero menos que el inferior, amén de estar menos decorado que los anteriores, salvo por los pináculos en sus esquinas, sin fronda en la aguja y culminados en una flor. Encima se ubican las Imágenes del arcángel Gabriel y la Virgen, entre las cuales hay una peana decorada con tetrafolios sobre la que sitúa un atril con un libro que reza:
"Dios te salve
María.
Llena eres de
Gracia.
El Señor es
Contigo.
He aquí la esclava
del Señor.
Hágase en mí Su
Santa Voluntad."
El trono ha sido restaurado dos veces en los últimos 20 años:
- a finales de los 90, durante la restauración del Santuario, por la empresa Antícoli. Se reforzó y consolidó toda la estructura encolando partes sueltas o rotas y elaborando unos tirantes de acero para proporcionar firmeza al trono. Se recompusieron las partes ausentes y se estucó y se reintegró el color; el dorado mediante hojas de oro fino de 24 quilates, más una capa de protección. Desfiló ya remozado en 1998.
- en 2016 por José Gabriel Barra, en cuya intervención se reincorporaron las flores que coronaban los pináculos.
BIBLIOGRAFÍA:
- "Datos Históricos 1º Parte". Juan Francisco Villar Martínez. Programa de las Fiestas Patronales de Tobarra 2010.
- "La práctica de la restauración (VII). Conjunto escultórico de la Virgen: trono e imágenes". María Dolores Barnuevo y Pablo González. La Tribuna dominical.
- "Simbología de las letanías lauretanas y su casuística en el Arzobispado de Granada". José Antonio Peinado Guzmán. Universidad de Granada, 2015.
FOTOGRAFÍAS:
José Rafael Navarro
Propiedad de José Cifuentes Martínez y José Cifuentes Mollar
Como siempre, quiero dar las gracias a Juan Francisco Villar Martínez por su colaboración.
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