En memoria de todos los tobarreños y tobarreñas que nos dejaron.
Un camino nos lleva hasta su puerta principal, en la que figura hasta dos veces la fecha de 1884 (que ya veremos es errónea). Con anterioridad habían existido varios cementerios en la localidad, algunos de los cuales ya fueron mencionados en el artículo sobre la Guerra de la Independencia. Con la construcción de este, abandonaban definitivamente el casco urbano (donde estaban vinculados especialmente a los templos) para pasar a las afueras, tema que ya se venía solventando en España desde la Ilustración.
En octubre de 1892, siendo alcalde José Ochando Ladrón de Guevara, en un pleno municipal se argumentó la necesidad de construir un nuevo cementerio "indispensable en bien de la salud pública, dado el mal estado en que se haya el actual y lo reducido que es para el número de inhumaciones que en él se hacen anualmente y la aproximación que tiene a la población". Días después se remitieron informes de la Junta de Sanidad en los cuales se reconocía "la urgentísima necesidad de efectuar dicha construcción", por lo que se acordó llevarla a cabo con recursos propios, solicitando "la autorización competente para invertir en ella el capital procedente de la tercera parte del 80 por 100 de Propios que existe en la Caja general de Depósitos".
Ese mismo año se acordó presupuestar el proyecto y la obra en alrededor de 23.000 pesetas, que existían en la Caja general de Depósitos, acordándose que el proyecto fuera realizado por el albaceteño Ramón Casas Massó (1864-1921), arquitecto provincial de Albacete desde 1891 hasta su muerte, autor de los desaparecidos Hospital Provincial y Casino Primitivo de Albacete, y perteneciente a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En marzo de 1893, el pleno presidido por Juan José Poyatos, primer teniente de alcalde, acordó el pago de 694'33 pesetas a Ramón Casas "por la confección de los planos, el proyecto de presupuesto y la memoria para la construcción". El 21 de agosto, el gobernador civil de la provincia, Francisco Ballesteros, envió un escrito al Ayuntamiento devolviendo "para su rectificación, el proyecto de nuevo cementerio porque se contemplaba en el mismo que tenía capacidad suficiente para que no se removieran los restos en un período de 10 años", cuando tenían que ser un mínimo de 20.
Esto se puso en conocimiento del Casas Massó para que lo modificase en consecuencia y lo remitiese al pleno municipal para su aprobación. El arquitecto envió un oficio al Ayuntamiento en octubre, indicando que en la memoria que acompaña al proyecto no se afirma que el espacio era para sólo 10 años, "sino que, antes al contrario, tiene extensión superficial suficiente para que las inhumaciones puedan verificarse por espacio de 20 años".
El proyecto se volvió a remitir al Gobernador Civil, haciéndole constar que "sin duda por equivocación involuntaria, se consignó que la capacidad del Cementerio que se proyecta construir en esta población es suficiente para utilizarse por más de 10 años, puesto que en la memoria suscrita por el arquitecto se dice que es para espacio de 20 años y que, en consecuencia, el susodicho proyecto no adolece del defecto señalado por la autoridad superior".
Fue aprobado por el Gobernador Civil el 7 de abril de 1894. El alcalde, José Ochando Ladrón de Guevara (cuyos restos reposan en la parte antigua), dimitió en el mes de junio de ese año, siendo sustituido por el primer teniente de alcalde, José Gómez Jiménez, que en noviembre dio cuenta de que "como era pública y notoria la necesidad de construir un nuevo cementerio donde decorosamente pueda darse sepultura a los restos mortales de los vecinos que fallezcan, pues el que actualmente existe perteneciente a la fábrica de la Iglesia, carece de todas las buenas condiciones que la higiene aconseja, tanto por su escasa superficie cuanto por ser proximidad tan inmediata a la población sin que tenga ninguna de las dependencias exigidas por las disposiciones vigentes". Además de esas razones, Gómez Jiménez también afirmó que su construcción era muy necesaria "para dar cumplimiento a las leyes vigentes y en particular a la Real Orden de julio de 1882, y al tiempo acudiría en auxilio de la clase obrera de la población, por falta de trabajo que se nota en la misma". El pleno decidió hacer uso "de la facultad que le concedía la ley para hacer frente a la obra" con la tercera parte del 80% de propios existente en la Caja General de Depósitos y con el producto de suscripciones intransferibles de la renta para cubrir el importe del presupuesto de la misma, de acuerdo con el expediente instruido por el arquitecto, nombrándose una comisión especial conformada por el propio alcalde, junto con José Camacho Luzón y Juan José Jiménez Cardós "para que estudie y forme un programa de las obras y su cálculo prudencial del coste de las mismas, promoviendo al mismo tiempo los recursos ordinarios y extraordinarios que podrán destinarse a cubrir su importe y cuanto además proceda".
Detalle de una fotografía de Juan Andrés Guirado, con el Cementerio al fondo.

En junio de 1896 el Gobernador vuelve a remitir una comunicación por la que indica que se subsanen los defectos con los que cuenta el expediente enviado al Ministerio de la Gobernación, entre otros "que no se expresaba la naturaleza y pertenencia del terreno en el que se proyecta edificar, ni los medios de adquirirlo, en caso de no ser del municipio". Desde el consistorio se informa que la propiedad del terreno es de Francisco Ramón García, "que desde que se trató del proyecto de referencia, ofreció gratuitamente al Ayuntamiento toda la extensión de terreno que pudiera necesitarse a tal fin".
Es a finales de marzo de 1987, subsanados todos los defectos del expediente y una vez lograda la autorización del Ministerio de la Gobernación, cuando sale a licitación la obra, como podemos comprobar en el Boletín Oficial de la Provincia de Albacete (19-03-1897), siendo alcalde José Gómez Jiménez y secretario del Ayuntamiento, Andrés Arteaga, y con una cantidad inicial de 13.886 pesetas con 62 céntimos y un plazo para la finalización de seis meses.
Por tanto el camposanto se construyó en 1897, 13 años después de la fecha de 1884 de la puerta. Desconocemos cuál es la razón que llevó a la corporación municipal a encargar su colocación.
Hace unos años se colocó una placa junto a la puerta que reincide en la fecha, y que informa que el maestro de obra que terminó la construcción fue Rafael Fuentes López. Natural de El Arahal (Sevilla), fue hasta 1912 el encargado de realizar la Bendición de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Junto a la entrada también se colocó en 2010 un panel informativo para la localización de inhumados.
Existen otros dos entradas a ambos lados de la puerta principal. El de la derecha da acceso a la ampliación del cementerio.
Como curiosidad, en febrero de 1917 se derrumbó una pared del cementerio y desde el pleno municipal se acordó abordar la obra de reparación "lo antes posible y con urgencia, para evitar que pudieran entrar animales". Al tiempo se decidió prolongar la fosa común, ascendiendo a 182'97 pesetas los gastos para realizar dichas obras. El recinto, que se proyectó para un mínimo de 20 años, se amplió entre 1923 y 1924, siendo alcalde Juan Pastor. Entre los meses de junio y octubre de 1924 se aprobaron pagos por un montante total de 3.421 pesetas para abonar los jornales y materiales para la ampliación, la apertura de nuevas fosas y de reparación necesarias, por diversos problemas surgidos.
Procedemos ya a entrar al camposanto: a mano derecha vemos en el suelo la fecha de 1971, que ha de ser la del encementado del camino principal.
Siguiendo la calle central unos 80 metros se llega hasta la Ermita del Cementerio. Se trata de un pequeño templo de planta rectangular con dos dependencias adosadas, formando una planta de cruz latina.
Dentro, el altar está presidido por la imagen de la Virgen del Carmen.
A la derecha se accede a una de las dependencias, con acceso también desde el exterior.
La sala de la izquierda, sin embargo, solo cuenta con acceso desde la parte trasera de la ermita.
La ermita tiene seis ventanas, tres a la derecha y tres a la izquierda, estando cuatro en la nave central, y dos en las estancias adosadas. Todas son estrechas y de medio punto. También hay un rosetón en la parte posterior, aunque permanece cegado. El tejado, a dos aguas, está culminado por 5 pequeños pináculos, uno en cada esquina y otro sobre la puerta de entrada más grande, culminado con una veleta, simulando una espadaña.
A ambos lados de la ermita aparecen 3 lápidas. A la derecha, la de "D. Dámaso Alonso Rodríguez. Presbítero. Falleció en esta villa el día 24 de Septiembre de 1918 a los 84 años de edad" y otra "En perpetua memoria Reverendo Señor D. Antonio Redondo y Redondo. Primer Arcipreste de Tobarra + El II de marzo de 1960. R.I.P. Tu hermana y familia no te olvidan".
En el lado izquierdo se lee: "Aquí yacen los restos del Ilmo. D. Rafael Pastor Cano (Canónigo) Las de sus padres José y Dolores y sobrino D. José González Pastor".
En el templo solo se lleva a cabo una misa, la del 2 de noviembre "Día de los Difuntos", que por las pequeñas dimensiones del mismo, se lleva a cabo en el exterior. Excepcionalmente se ha realizado alguna misa de cuerpo presente de algún difunto que ha llegado al cementerio desde fuera de la localidad. Cabe citar además que hay gente que vive la mañana del Viernes Santo recordando a sus seres queridos desde allí. La primera Bendición de Nuestro Padre Jesús se dirige al noroeste, hacía la Virgen de los Dolores y el cementerio.
Detrás de la ermita hay otro edificio, de morfología similar a la misma, que hizo las veces de sala de autopsias en el pasado.
El cementerio tobarreño, hasta su ampliación, se ha encontrado organizado principalmente sobre dos ejes: la calle principal que llega hasta la ermita, y continúa tras ella hasta el final del recinto, y otra en el lado izquierdo, que parte desde otra puerta secundaria, y que alberga sepulturas más recientes. La parte inferior del camposanto está prácticamente ocupada en su totalidad por "bóvedas", que son sepulturas de gran tamaño bajo el suelo, cubiertas con lápidas (normalmente de mármol blanco), y preparadas generalmente para albergar hasta 3 ataúdes. Esta parte parece un mar de cruces.
Hasta los 50, las sepulturas solían hacerse en tierra, rematadas con una sencilla cruz. Cada 5 años se procedía a una limpieza o "monda": se extraían los huesos y se quemaban en un rincón exterior, consiguiéndose así que se mantuviera el tamaño reducido del cementerio.
Posteriormente, y debido quizá a una mayor bonanza económica, se generalizó el uso de la bóvedas, y de los nichos. Estos se concentran principalmente en el tercio posterior del recinto, y permiten un mayor número de enterramientos. El cementerio dispone de escaleras para llegar a los más altos (además de fuentes y utensilios de limpieza). Además existen una serie de panteones, de carácter familiar, donde los nichos se encuentran dentro de una habitación.
En el lado izquierdo se lee: "Aquí yacen los restos del Ilmo. D. Rafael Pastor Cano (Canónigo) Las de sus padres José y Dolores y sobrino D. José González Pastor".
En el templo solo se lleva a cabo una misa, la del 2 de noviembre "Día de los Difuntos", que por las pequeñas dimensiones del mismo, se lleva a cabo en el exterior. Excepcionalmente se ha realizado alguna misa de cuerpo presente de algún difunto que ha llegado al cementerio desde fuera de la localidad. Cabe citar además que hay gente que vive la mañana del Viernes Santo recordando a sus seres queridos desde allí. La primera Bendición de Nuestro Padre Jesús se dirige al noroeste, hacía la Virgen de los Dolores y el cementerio.
Detrás de la ermita hay otro edificio, de morfología similar a la misma, que hizo las veces de sala de autopsias en el pasado.
Hasta los 50, las sepulturas solían hacerse en tierra, rematadas con una sencilla cruz. Cada 5 años se procedía a una limpieza o "monda": se extraían los huesos y se quemaban en un rincón exterior, consiguiéndose así que se mantuviera el tamaño reducido del cementerio.
Posteriormente, y debido quizá a una mayor bonanza económica, se generalizó el uso de la bóvedas, y de los nichos. Estos se concentran principalmente en el tercio posterior del recinto, y permiten un mayor número de enterramientos. El cementerio dispone de escaleras para llegar a los más altos (además de fuentes y utensilios de limpieza). Además existen una serie de panteones, de carácter familiar, donde los nichos se encuentran dentro de una habitación.
En 2011, la alcaldía comienza a plantearse la ampliación del cementerio ante la inminente falta de superficie. En 2012 se construyen 60 nichos en la última zona que queda libre, por lo cual restarían tan sólo 200 plazas. No será hasta 2019 cuando se adjudique la obra, con una primera fase con un presupuesto de más de 80.000 euros financiados con cargo al Plan de Obras y Servicios de 2018 de la Diputación Provincial, más 20.000 del propio consistorio para acopio de material. Se realiza en el solar adjunto al camposanto, utilizado hasta ahora por el propio Ayuntamiento como almacén de material, con una entrada nueva a la derecha del acceso principal, sustituyendo a una puerta anterior que se encontraba junto a la oficina. Se derriba parte de la tapia, y para separar la ampliación del resto de la zona de almacenaje municipal se construye un muro. Albergará 700 nuevos nichos, de los que se han construido hasta 2025 160 prefabricados de hormigón armado.
Las obras en 2020
Podemos destacar una serie de sepulturas:
- La de la familia "Batanero". Cuenta con un monumento funerario realizado en hierro por Antonio Jiménez Ortiz, que consiste en una crucifixión de 2.9 metros, que atraviesa las pieles de un tambor de arriba abajo, y con una inscripción con el apelativo de la familia. Se instaló en el cementerio el 22 de diciembre de 1993.
- La de la familia Cañete, consiste en un sarcófago de mármol y una estela, rematada por una columna con capitel mixto y a su vez, por una cruz. Todo ello rodeado por columnillas abalaustradas.
- La sepultura del abogado y político Joaquín Velasco Rodríguez (1854-1914) cuenta con un melancólico ángel de piedra que extiende una cartela con el nombre de la familia. A sus pies, la inscripción M. Nebot Monóvar: Miguel Evaristo Nebot Orta, marmolista de Monóvar (Alicante). En Yecla existe una igual, en el panteón de Pascual Ibañez Galiano. En la losa, la fecha de 1915.
- En el lado contrario a la anterior, otro ángel, pero con un ramo de rosas de buena factura. Pertenece a la familia Pelayo Yañez.
- En 1946 se construye un monumento, consistente en una escultura central del Sagrado Corazón de Jesús, rodeada por sepulturas y búcaros de roca.
La inscripción dice: "Rogad a Dios por los que aquí yacen. Tobarra a los desamparados. Año 1946".
- El monumento a Abel Sáez León, que representa su busto de forma realista, con las ropas propias del primer cuarto del siglo XX (la cartela parece indicar el año 1919).
- Tumba de la familia de Juan García Camacho. La estela acaba en un frontón curvo terminado en una cruz sobre esfera. A ambos lados, hay sendos pilares con búcaros rematados en una llama esculpida. Dentro de la estela, un nicho acristalado acoge un crucifijo.
- La tumba dedicada a un niño nacido en 1900 y fallecido en 1901, Pepico. Sobre ella, un angelito desnudo escribe en el Libro de la Vida, probablemente el nombre del niño, apoyado en una roca, símbolo de la fe perdurable. En su día estuvo rematada por una cruz, que hoy reposa sobre la lápida. Seis columnas rematadas por llamas de esperanza, a modo de balaustrada, rodean la sepultura.
- La sepultura de Encarnación Escámez Gallego (1904-1996), con una escultura de la Patrona de Tobarra, la Virgen de la Encarnación.
- Desde hace unos años el cementerio cuenta con columbarios para albergar las urnas con las cenizas procedentes de la cremación. Aquí se encuentran los restos del guionista Eduardo Ladrón de Guevara (1939-2023).
- Y una sepultura donde lo más destacable es el epitafio del no menos destacable poeta local Manuel Sahorí García, "El Zoril" (1914-1993): "Aquí la ambición termina la tumba fría te espera con unas flores marchitas y el pijama de madera".
Podéis encontrar más citadas en el artículo de Jordán Montes, descargable aquí.
GALERÍA DE IMÁGENES:
Bibliografía:
- "Los Templos de Tobarra (I): Ermita del Cementerio". Pedro Gil Madrona. Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.
- "Inscripciones e Iconografía en los Cementerio de Hellín y Tobarra. Antropología de las imágenes y los epitafios". Juan Francisco Jordán Montes. Revista Murciana de Antropología nº 2, 1997.
- "El Tambor como monumento funerario". Guillermo A. Paterna Alfaro. Revista de Semana Santa de Tobarra, 1994.
- "Aproximación a la Evolución del Tambor Tobarreño. Artesanía y Antropología". Guillermo A. Paterna Alfaro. Libro de Semana Santa de Tobarra, 2008.
- "Los Templos de Tobarra (I): Ermita del Cementerio". Pedro Gil Madrona. Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.
- "Inscripciones e Iconografía en los Cementerio de Hellín y Tobarra. Antropología de las imágenes y los epitafios". Juan Francisco Jordán Montes. Revista Murciana de Antropología nº 2, 1997.
- "El Tambor como monumento funerario". Guillermo A. Paterna Alfaro. Revista de Semana Santa de Tobarra, 1994.
- "Aproximación a la Evolución del Tambor Tobarreño. Artesanía y Antropología". Guillermo A. Paterna Alfaro. Libro de Semana Santa de Tobarra, 2008.
- "El cementerio municipal de Tobarra se queda sin espacio para nuevos nichos". José García González. La Tribuna de Albacete, 25-10-2012.
- "Adjudican la obra para ampliar el cementerio de Tobarra". José García González. La Tribuna de Albacete, 19-09-2019.
- "El cementerio de Tobarra ya dispone de los primeros 48 nichos prefabricados de los 700 previstos". El Funerario Digital, 03-02-2021.
- "El Cementerio de Tobarra se construyó en 1897". José García González. La Tribuna de Albacete, 03-11-2021.
- Boletín Oficial de la Provincia de Albacete, 29-03-1897.
Agradecimientos:
Juan Francisco Villar
























































8 comentarios:
Muy interesante,documentado y elegante artículo.Gracias por compartirlo
Nos gustaría disponer de tu autorización para poner un enlace a esta entrada en nuestro espacio "http://imatgesdesilenci.blogspot.com/,bajo el título"Es muy interesante",pues en verdad nos parece magnífico.
Claro que podéis ponerlo. Y gracias por la visita!
Gracias a tí,por descubrirnos este lugar.Saludos
¡Gran entrada! Extensa e interesante que nos ha acercado este lugar desconocido para nosotros.
Bonito articulo!! ,un saludo
Añado una foto del panel informativo que se ha colocado a la entrada.
Enhorabuena por el trabajo.
Me quedo con la duda de si el monumento del Sagrado Corazón de Jesús es conmemorativo de algún acontecimiento que sucediera en Tobarra en 1946... Porque leemos:"Rogad a Dios por los que aquí yacen. Tobarra a los desamparados. Año 1946".
Si pudiera aclararlo, se lo agradeceríamos mucho.
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