lunes, 6 de mayo de 2024

SANTUARIO DE LA ENCARNACION: EL ARTESONADO MUDEJAR

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

 Sobre una de las naves más antiguas del Santuario de la Encarnación, la que precede al camarín de la patrona, se alza un artesonado mudéjar de par y nudillo con dos tirantes centrales y labor de lacería con estrellas de ocho en el almizate que generan una rueda central de ocho puntas o alfardones, en cuyo centro aparece una piña o pinjante de mocárabes

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

Estrellas de ocho

 Los fondos de los casetones están adornados con círculos de flores talladas de seis hojas (hexafolias) que han perdido su policromía, como podemos comprobar en la imagen superior.

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

Piña de mocárabes

  Los artesos (cada uno de los espacios cuadrados ornamentados que forman el artesonado) aparecen decorados con motivos vegetales de hojas y flores entrelazadas. En las partes inferiores vemos alternados los escudos de Castilla y de León, sólo interrumpidos en dos tablas sucesivas en las que aparecen sendas inscripciones borrosas, en una de las cuales parece reconocerse el clásico IHS y en la otra YPS en escritura gótica (justo a la altura sobre la puerta de la sacristía). En la parte superior del estribado se sitúan escudos con cruz floreteada de gules sobre campo de azur. En el estribado nacen los tirantes sobre canes mensulados: cuatro cortos en las esquinas, y otros dos largos a lo ancho.

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

Extremo norte

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

Extremo sur

 Podríamos situar su origen en la primera mitad del siglo XIV, incluso un poco antes, más desconocemos la procedencia del artesonado, pues no sería concebido inicialmente para este templo ya que se aprecia que fue trasladado y acoplado desde otro edificio (posiblemente de carácter civil como podemos deducir por su decoración) ya que en la mitad norte vemos dos pares de limas muy juntos, sin apenas espacio para los cuarterones, lo que le hace ser asimétrico.

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

Escudos de Castilla y de León, y con la cruz en la parte inferior

 En el "Catálogo Monumental de la Provincia de Albacete" de Rodrigo Amador de los Ríos (1912) aparece citado de esta manera:

"[...] exportada la techumbre por / récios y cuadrados machones de poca / altura, que reparten el área del edificio en / dos naves, de las cuales la del N., de ar/cos rebajados, es la primitiva, aquella á la / que, segun la nota indicada, "se le atribu/ye una antigüedad indeterminada", que / no parece exceder, sin embargo, de los últi/mos años del siglo XV, ya que de los pri/meros del XVI no se estime. El compar/timento oriental de la misma, que hace de / presbiterio en ella oficio, presenta, toda enca/lada, vistosa techumbre de alfanje, cuyo/ almizate se decora con complicados lazos; / es ejemplar no frecuente en la Provincia, / y revela cuán eficaces eran todavía en / estas comarcas, donde quedaron habi/tando no escasos contingentes de musul/manes después de la Reconquista, las / tradiciones de estilo mudéjar, que es el / típico de nuestra España."
 El paso de los siglos y la intervención humana acaba ocultando su esplendor. Así, antes de la restauración de los 90, lo encontramos cubierto por una capa pictórica de color pardo, ornamentado con líneas oscuras que marcan los motivos decorativos siguiendo las líneas geométricas de la estructura. La empresa Antícoli, al realizar las primeras pruebas de limpieza de una de las tablas dio bajo esta capa de pintura con otra blanca de temple y cal, y bajo ella la policromía original, detectando en las catas un alto porcentaje en todo el conjunto. Tras los oportunos análisis estratigráficos se revela que la pintura original es temple al huevo, sobre una capa de preparación cuyo aglutinante es de origen animal.

 La empresa realiza su limpieza a base de mezclas de disolventes y procedimientos mecánicos. Las capas de color estaban afectadas por problemas de humedad, causante de tensiones en la madera y sus consecuentes grietas en el aparejo y la policromía. Tras la limpieza se procede a la operación de fijación y sentado. La reintegración del intradós (parte visible) fue mínima, ya que no padecía de grandes pérdidas, reponiéndose las molduras del tramo central de la parte inferior.

SANTUARIO DE LA ENCARNACIÓN

Vista del trasdós desde las falsas

 En el trasdós (parte superior que no vemos) se realizaron algunos trabajos estructurales, de desinsectación, y limpieza de polvo, escombros y excrementos de aves. Se repusieron los pares y limas cortados en uno de los extremos, y se colocaron unos tirantes de acero para impedir que una parte lateral del artesonado se desplace hacia abajo. La estructura metálica de la cubierta del Santuario, obra del arquitecto Esteban Belmonte, cuenta con una viga de hierro que sustenta dichos tirantes.

FALSAS DE LA ENCARNACIÓN



Bibliografía:

Barnuevo Cabanillas, María Dolores y González Cerón, Pablo. "La práctica de la restauración (IX). El Santuario de la Encarnación de Tobarra. Artesonado mudéjar". La Tribuna Dominical.



- Martínez Galera, Luis Enrique. "Santuario de la Encarnación y Cristo de la Antigua en la Villa de Tobarra". Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.




Fotografías: 

José Rafael Navarro

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