Recientemente ha llegado a mis manos un recomendable libro con fotografías de la provincia de Albacete: "Albacete, paraíso natural", de Antonio Manzanares.
"La Diputación de Albacete ha editado el libro Albacete, Paraíso Natural, con fotografías y textos de Antonio Manzanares, ya a la venta en las librerías de Albacete.Con la edición desde la institución se pretende difundir una imagen de la provincia de Albacete que normalmente se escapa de la impresión que se puede tener de ella, acercándonos a parajes recónditos y mostrando la riqueza de la fauna y flora que habita en ellos.La edición de este libro responde al interés de la Diputación en dar a conocer el patrimonio natural de nuestra provincia, ya que si las Administraciones tienen la obligación de conservar y preservar el medio, también es su cometido divulgarlo.
El libro consta de 471 imágenes, repartidas en 30 capítulos dedicados a distintas zonas de la provincia, y se completa con los textos explicativos del autor, Antonio Manzanares, quien comentó en la presentación del libro que todas las imágenes son resultado de su pericia como fotógrafo naturalista y de su conocimiento de la naturaleza, asegurando que el éxito de una instantánea no viene garantizado por la calidad del equipo.
En las fotografías podemos observar secuencias que por ejemplo nos muestran un águila culebrera engullendo una culebra; un jabalí en un encinar; una cabra montés pastando en la zona del estrecho del Hocino (Salobre), etc.
Manzanares sigue tres reglas a la hora de realizar su trabajo: la primera, estudiar con detenimiento los modos y comportamientos de los animales; la segunda, respetar de manera escrupulosa su hábitat; y la tercera, abandonar en el momento que el animal detecte la presencia y se sienta amenazado o en riesgo."
Fuente: Alba City
Del pueblo aparecen fotografías de los Saladares de Cordovilla, la Laguna de Alboraj, el Eremitorio de Alborajico y la Sierra de Abenuj, así como de su flora y fauna: el Heliantemo de Cordovilla, el Rabogato, la mariposa Macaón, el Pito Real, y el Buho Real, entre otros.
EL AUTOR
Antonio Manzanares Palarea nació en Tobarra el 15 de febrero de 1948.
"Desde muy niño disfrutaba acechando a los animales mientras se ocupan de sus menesteres cotidianos y de sus cuestiones supervivenciales. Primero fueron las hormigas y el resto de insectos los que mejor ilustraban ese gran libro que se abría ante él, la naturaleza de los campos tobarreños, pletóricos de sorpresas y de deleitosos descubrimientos a cada paso. De sus correrías podrían hablar de él, de poder hacerlo, primeramente la laguna de Alboraj, con los cerros de Alborajico, las huertas de Polope y los cerros de Sierra y Cordovilla; por otro lado, la sierra de Abenuj, con sus Entresierras, y los barbechales y rastrojeras donde revoloteaban los cernícalos primillas a la caza de insectos. Las Quebradas también fueron campo de exploración para el joven curioso, con sus cuevas y sus murciélagos.
Antes del amanecer, en sus días libres, salía del pueblo, ufano y gozoso, como el Quijote, - los días más jubilosos eran los que disfrutaba en compañía de sus amigos - con su bicicleta, sus prismáticos, su cantimplora y su morral, donde guardaba, aparte del bocadillo, la Guía Peterson para identificar aves, un lápiz y un cuadernillo. Me consta que aún conserva esos preciados tesoros.
Con el tiempo, también las plantas llamaron la atención del joven curioso, aunque todavía no se habían descubierto las dos rarezas botánicas de Tobarra (la Sideritis serrata, de la sierra de Abenuj, y el Helianthemum poligonoides de Cordovilla). Y ese nuevo interés por el mundo vegetal nacía de la necesidad de relacionar a las plantas con los animales (comida, hábitat, refugio, etc). Estaba practicando, sin tener conciencia de ello, las dos modernas ciencias, de las que entonces apenas se habían acuñado sus nombres, la ecología (la relación de los seres vivos entre si y con el medio ambiente) y la etología (el estudio del comportamiento animal).
Cuando se hizo maestro - que dos razones le tentaron a elegir ese oficio; por un lado, la vocación de enseñar, y por otro, la posibilidad de seguir permaneciendo cerca de los campos, tan ncesarios ya en el tipo de vida que había elegido - siguió compaginando sus dos quehaceres vocacionales: el oficio de enseñar con el arte de observar la naturaleza. De ahí el sobrenombre con que lo llamaron compañeros y alumnos, "el maestro de los pájaros" para unos, y "el maestro de los bichos" para otros.
Tan grande era su pasión por observar y fotografiar - ya había llegado una buena cámara a su equipo de naturalista - que después de veintiún años dedicados a la enseñanza cesó su actividad docente para dedicarse a la divulgación científica, como fotógrafo especializado en la naturaleza y como escritor. Ya tenía dos buenas herramientas para defender a sus queridos seres vivos, su cámara de fotos y su pluma.
Por entonces se multiplicaron los viajes por selvas, montañas y sabanas, que casi nunca fueron viajes de placer físico - en algunas ocasiones, con riesgo de la vida y, casi siempre, muy duros -. Sin embargo, fueron viajes muy satisfactorios desde el punto de vista intelectual y siempre de gran disfrute espiritual.
A partir de ahí vendrían los artículos, los libros, las exposiciones y algunos reconocimientos nacionales e internacionales. Y durante todo ese tiempo, algo que siempre llevaba encima, como la mochila en el viaje, era el recuerdo de su patria chica, Tobarra, y el de su tierra manchega. Y aquí."
Jesús Iniesta Jiménez, director de la revista Natura
Fotografías:
Mi Librería
La Cerca
5 comentarios:
Gracias por enlazar esta foto que tuve oportunidad de hacer en mi casa, durante la visita de Antonio a Cuba. He visto este blog con detenimiento y he quedado sorprendida y llena de buena envidia por la vida activa y hermosa que llevan. Les felicito.
Saludos habaneros,
AD.
Que fácil es criticar desde el anonimato. Siempre tiene que haber el típico personaje envidioso y malpensado, que sin pruebas tira por tierra la labor de los demás. Ojala hubiera en España mucha gente como Antonio Manzanares, con una trayectoria y una labor impecables.
Soy amigo de Antonio Manzanares Palarea de toda la vida, y considero que es una de las personas más preparadas desde el punto de vista de la Naturaleza y con una simpatía y un saber estar que muchos quisieran imitarle.
He visto miles de sus fotos y cada vez me sorprende la paciencia y el buen hacer que tiene en obtener esas maravillas de la Naturaleza.
Me gustaría que hubiera mucha gente como Antonio y nos enseñaran lo mucho que nos ha enseñado él sin acritud y con cariño.
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