lunes, 29 de mayo de 2017

SANTUARIO DE LA ENCARNACION: PINTURAS MURALES (II)

 CONTINÚA DE LA PRIMERA PARTE

PINTURAS MURALES

Siguiendo con la pared de levante, encontramos:
- La Oración en el Huerto:
PINTURAS MURALES

- El Prendimiento, en el que podemos ver como mientras Judas Iscariote delata a Cristo con un beso, Pedro envaina la espada con la que ha cortado la oreja derecha a Malco, que luego será sanada por Jesús (Jn 18:10-11).
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- La Crucifixión. A Cristo lo flanquean Dimas y  Gestas (el buen y mal ladrón, respectivamente), y bajo él se encuentran Juan, María Magdalena (con el pelo largo y suelto) y la Virgen, que se desmaya ante María Salomé y María Cleofás. Junto a estos personajes unos soldados se echan a suertes las ropas del condenado con los dados.
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- El Descendimiento:
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- Restos del Llanto por Cristo muerto/el Entierro:
PINTURAS MURALES

- La Resurrección:
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

El centro de esta pared lo ocupa un retablo de dos cuerpos, flanqueados por columnas platerescas decoradas con grutescos.

PINTURAS MURALES

- Entre las columnas aparecen los restos de San Juan Bautista y de San Antonio Abad.

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- La parte faltante, así como la de la hornacina central, que podemos imaginar cerrada con una pechina sobre pilastras de grutescos, desapareció al horadar el muro para hacer la boca del camarín e introducir el trono de la Virgen de la Encarnación.

- En el segundo cuerpo se representa la Encarnación, el momento de recibir al Espíritu Santo; siendo sin duda esta la representación más antigua que se conserva en Tobarra. Desde el ático se asoma la figura de Dios Padre, que hace el gesto de bendecir mientras sostiene el orbe o globus cruciger y envía al Espíritu, en forma de paloma.

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- Ya a la derecha del retablo, figura una inscripción que nos aporta datos muy interesantes:
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

"ESTE RETABLO SE ACAVO ANO
DE MIL I QUINIENTOS I NOVENTA
SIENDO MIORDOMO DETA I
GLESIA SALVADOR DE OCANA
HIJO DE ALO MATINES DE VALERO"

 Es decir: Este retablo se acabó en el año de 1590 siendo mayordomo de esta iglesia Salvador de Ocaña, hijo de Alonso Martínez de Valero.
 En ese año reinaba Felipe II y fueron Papas Sixto V, Urbano VII  (que murió antes incluso de su coronación) y Gregorio XIV (podemos conocer más del Tobarra de la época gracias a las Relaciones Topográficas de Felipe II).
- Bajo el texto aparece la iconografía de la Santa Ana triple, pues esta tiene a la Virgen sentada en su regazo, que a su vez sostiene al Niño Jesús en sus brazos.
PINTURAS MURALES

 A sus pies, figuran unos personajillos, a la derecha un hombre y una mujer que representan a los donantes de la pintura, y a la izquierda un mancebo, hijo de los anteriores.
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- A continuación vemos a Santa Margarita, reconocible por el crucifijo y la palma de mártir en sus manos y el dragón a sus pies, donde además vuelve a mostrarse otro personajillo, la donante de la obra, de ropajes menos sobrios con respecto a la antes citada de la Santa Ana triple.
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- Siguiendo hacia la derecha, San Antonio de Padua con unas azucenas, símbolo de su pureza, y señalándose el corazón (que solía representarse en llamas), símbolo de su fe y amor por Jesús y María.
PINTURAS MURALES

- Y finalmente, junto a la puerta al camarín otro santo obispo del que queda solamente este fragmento.
PINTURAS MURALES

- Por lo que se conserva de la parte superior de ellas, podemos adivinar que antes de la apertura del vano existirían al menos tres representaciones más.

PINTURAS MURALES

 Entre estas figuras hay inscripciones en letra gótica parcialmente legibles, y que básicamente dicen quién mandó hacer algunas de las pinturas, aunque no se aprecie por el estado con el que han llegado a nosotros.
Esta escritura diferente nos sitúa, a simple vista, casi en un siglo antes y podría ser clave para fechar las pinturas de la serie de la Pasión.

 El zócalo de ambas paredes comentadas aparece decorado con motivos geométricos de prismas.

 Para concluir el artículo, lo haré hablando de la restauración de estas pinturas murales. Al iniciarse los trabajos las amplias superficies de pintura conservadas quedaban interrumpidas por las modificaciones estructurales de los muros: lagunas por los vanos del muro norte causadas por la ventana y puerta de la sacristía y en los del muro de levante por una alacena, la puerta de acceso al camarín y el vano donde se muestra la Virgen. Existen grandes pérdidas en los bajos pictóricos por las reformas llevadas a cabo en torno a 1960, en las que se acabó con algo menos de la mitad inferior de las escenas pictóricas de ambos muros.
 La restauración fue llevada a cabo por Ars Nova CB desde principios de agosto de 2000, siendo cofinanciada por la Hermandad y la Delegación de Cultura de Albacete. Las pinturas fueron descubiertas bajo dos capas de revocos y varias de pintura y encalados superficiales, con importantes deficiencias de conservación (pulverulencia de las técnicas pictóricas, pérdidas de adhesión de los morteros al sustrato mural,...) así como deficiencias en su presentación formal (depósitos de suciedad superficial que ocultaban las pinturas, pérdida de unidad superficial por mostrar numerosos picados en toda su extensión, pérdida de superficie mural irrecuperable,...) La restauración intentó devolver la máxima unidad visual posible a la obra.

 La singularidad de estas pinturas, además de su calidad técnica y formal suponen un revulsivo cultural y artístico para Tobarra, que debemos conservar para futuras generaciones.

Fotografías:  
José Rafael Navarro

Bibliografía:
 - "Santuario de la Encarnación y Cristo de la Antigua en la villa de Tobarra". Luis Enrique Martínez Galera. Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.
- Paneles informativos del Santuario.

viernes, 26 de mayo de 2017

SANTUARIO DE LA ENCARNACION: PINTURAS MURALES (I)

 El Santuario de la Encarnación dispone de dos paredes decoradas con pinturas murales realizadas entre los siglos XV y XVI, las que están bajo el artesonado mudéjar ante la sacristía y el camarín de la Virgen de la Encarnación.

En los paneles informativos del Santuario podemos ver la evolución de las pinturas hasta la actualidad:

PINTURAS MURALES

 Las pinturas de finales del siglo XV, de estilo hispano-flamenco se desarrollaban en los dos muros, todavía sin la presencia del retablo pictórico. Se interrumpían en el espacio que ocupa éste mostrando, probablemente, un vano u hornacina en el que se supone que recibiría culto una imagen gótica (¿la Virgen de la Encarnación previa a la del siglo XIX?). Deducimos que tal circunstancia se repetiría en la pared aledaña con el Cristo de la Antigua hasta que se levantó su camarín, como se puede apreciar por los restos de pinturas murales tras el retablo actual.
El zócalo pictórico de prismas se interrumpía también al llegar a este vano, tal vez por la presencia de un altar de cantería orientado, canónicamente, hacia el levante.
El muro norte mostraba un vano vertical de medio punto en la representación de San Cristóbal, hoy ya desaparecido.

PINTURAS MURALES

 Durante el XVI se realizan reformas que transforman parcialmente la disposición mural de las pinturas. Se modifica el entorno del vano u hornacina, realizándose un retablo pictórico, de estilo plateresco, debiendo datar por sus formas en torno a 1530, siendo finalizado en 1590, como reza el texto junto al retablo. Fue en este momento, a finales del XVI cuando se modificaron algunos elementos del retablo original.

PINTURAS MURALES


 A lo largo del siglo XVII las pinturas conservan su fisonomía original, cambiando muy parcialmente a principios del siglo XVIII; momento en que se levanta el camarín de la Virgen y por ello se horada un vano de acceso al mismo, siendo decorado pictóricamente en su enmarcamiento.
Los restos de estas pinturas, que fueron observados durante la restauración, eran del estilo del que se observa en el zócalo del camarín: motivos ornamentales marmorizados.
PINTURAS MURALES

 Las reformas de finales del siglo XVIII y XIX supusieron la total ocultación de las pinturas. Se modifica el hueco de entrada al camarín, y en simetría a éste, se abre una alacena en el extremo izquierdo del muro. Ambos vanos quedaron decorados por sendas puertas de rocalla (hoy conservadas en la pared de poniente, tras la Caída y el Cristo Resicitado) que debieron ser colocadas en la segunda mitad del siglo XVIII, siendo contempráneas y de similar estilo a la decoración del camarín del Cristo de la Antigua.
La hornacina central del retablo pictórico fue transformada para crear un hueco que dejara ver el interior del camarín de la Virgen.
Toda la superficie original quedaría oculta por un revoco pictórico imitando despiece de sillares, perdiéndose la memoria histórica sobre la presencia de estas pinturas hasta el momento de su restauración.
De estos momentos deben datar los huecos del muro norte: una ventana cuadrada centrada en el paramento que sustituía a la vertical del XV y la puerta de entrada a la nueva sacristía, rompiendo ambos vanos irreversiblemente la superficie pictórica.

PINTURAS MURALES

 A continuación procederé a comentar las pinturas, que como muestra la imagen previa tienen como temática escenas de la Pasión de Cristo, la Anunciación y representaciones de santos.

PINTURAS MURALES

 Comenzando por la pared norte, muy perjudicada por la apertura de vanos que acabaron con mucho espacio pictórico, encontramos, empezando por arriba a la izquierda:
- San Cristóbal con el niño Jesús a hombros, que a su vez porta el orbe o globus cruciger, que representa un globo terráqueo rematado con una cruz. Se trata de una imagen de gran tamaño respecto a las demás, que como curiosidad se coloca en el muro que mira en dirección al cerro tobarreño al que dió nombre dicho santo (hoy conocido como de Santa Bárbara o del Reloj), lo que puede dar muestra de la pasada veneración que tuvo en la villa.

PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- La Última Cena, muy dañada:
PINTURAS MURALES

- El Lavatorio de Pies:
PINTURAS MURALES

- Pintura casi desaparecida, que posiblemente tuviera como tema la Coronación de Espinas:
PINTURAS MURALES

- La Flagelación, en la que Cristo aparece atado a una columna alta. Hasta finales del siglo XVI no se extendería en el arte la presencia de la columna baja, en la que Cristo quedaba totalmente expuesto a los golpes y sin apoyo (columna de la Iglesia de Santa Práxedes). Aquí todavía se muestra maniatado a una columna alta del pórtico del templo.
PINTURAS MURALES

- Camino al Calvario. Nótese el tono caricaturesco que habitualmente se le da a los personajes malvados y la vestimenta de los personajes secundarios, seguramente basada en la de la época en que se pintó.
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

 En la parte inferior aparecen restos de figuras de santos. Del primero no se conserva prácticamente nada más que su parte superior (véase a los pies de la foto de la Coronación de Espinas).

- La segunda, una santa mártir:
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

- El tercero es un obispo ¿San Agustín?
PINTURAS MURALES

PINTURAS MURALES

Continuará en la segunda parte.
 
Fotografías:  
José Rafael Navarro

Bibliografía:
 - "Santuario de la Encarnación y Cristo de la Antigua en la villa de Tobarra". Luis Enrique Martínez Galera. Libro de Semana Santa de Tobarra, 1999.
- Paneles informativos del Santuario.
 - "La flagelación en el arte". Jesús Cortés Soler. Ponencia del I Encuentro Nacional de Cofradías de la Flagelación en Zaragoza, 2014.